Abrazando el Voto de Pobreza: Un Llamado a la Relevancia Misionera
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Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG
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por Charles RENSBURG, OMI, Tesorero General
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” — Mateo 5:3
¿Qué hizo tan singular la contribución de San Francisco de Asís a la renovación de la Iglesia y su misión en el siglo XIII? No fue la introducción de una espiritualidad mendicante, ya que esta práctica llevaba mucho tiempo establecida, e incluso era vista con recelo por ser considerada disruptiva y autónoma. Más bien, su mayor contribución radica en su fiel compromiso con “caminar rectamente” con la humildad de ser “pobre de espíritu”.
Hoy en día, hablamos mucho de “buscar relevancia,” “descubrir los nuevos rostros de los pobres,” y “extendernos hacia nuevas áreas de evangelización.” Pero la pregunta más profunda que debemos hacernos es: ¿cómo? ¿Cómo construiremos una misión nueva que sea relevante a las necesidades de los pobres hoy? ¿Qué medios nos permitirán encontrar “una nueva relevancia misionera en un mundo cambiante” y renovar nuestro alcance hacia los “nuevos rostros de los pobres”?
Cuando Jesús dice en las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos,” la palabra hebrea para “bienaventurados” puede traducirse como “camina rectamente en alegría.” Por lo tanto, el texto sugiere que la “alegría de aquellos que son pobres de espíritu” emana, primero, de vivir rectamente, y esta rectitud da nacimiento a la pobreza de espíritu, la mansedumbre, la misericordia, la gentileza, y más.
Así pues, si como Congregación Oblata estamos buscando una renovación en nuestra misión y un mayor alcance hacia los pobres y más abandonados, el camino a seguir es regresar con mayor convicción y autenticidad a una “rectitud” que encarne nuestro voto de pobreza.
El futuro de la Congregación Oblata estará determinado por cuán fielmente vivamos el voto de pobreza. A través de una vivencia auténtica de este voto, encontraremos los recursos internos y colectivos necesarios para renovar nuestra Misión Oblata. La genuina pobreza de espíritu nos da el corazón y los ojos para ver a los pobres en sus múltiples rostros. Sin una verdadera pobreza, no podremos construir una misión nueva y vibrante en respuesta a las necesidades del mundo de hoy.
Por lo tanto, no basta con tener una simple intención de renovar nuestra misión hacia los pobres y los más abandonados. Esta intención debe ir acompañada de una conversión hacia una vivencia más profunda y auténtica del voto de pobreza.
Al implementar la visión del Capítulo, recemos por la humildad de “caminar rectamente” en la vivencia del voto de pobreza. Al hacerlo, posibilitaremos la renovación de nuestra Misión y de la Congregación Oblata.