Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG

Presione aqui para leer en Ingle

por Pavlo VYSHKOVSKYI, OMI

KIEV –El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, visitó la parroquia Oblata de San Nicolás en Kiev el 22 de julio, demostrando el apoyo de la Santa Sede a la comunidad católica local en su lucha por recuperar su hogar espiritual tras el incendio de 2021. 

Durante su visita, el Cardenal Parolin aseguró a los fieles: “Estamos bien informados sobre el caso de su iglesia y estamos trabajando duro para resolver este asunto junto con nuestros colegas en Kiev”, haciendo eco de la promesa de la Santa Sede de no cejar en la búsqueda de justicia para esta comunidad. Maria-Terezia Shybanova, feligresa de la parroquia, compartió con nosotros su anhelo: “Espero que después de la visita del cardenal, la iglesia sea finalmente devuelta a la comunidad parroquial”. Un sentimiento que vibra en cada rincón de esta iglesia, un lugar de encuentro y oración que clama por ser restituido a sus fieles.

El padre Pavlo Vyshkovskyi, párroco de San Nicolás, informó al Cardenal Parolin sobre la historia reciente de la iglesia, deteniéndose en el mismo lugar donde el Papa Juan Pablo II oró en su visita de 2001. El padre Vyshkovskyi enfatizó la importancia de la iglesia para la comunidad católica, destacando su función como espacio de oración y servicios divinos.

Tras momentos de oración, el Cardenal Parolin dirigió palabras de aliento a los presentes: “¡Esperamos que un día estén de regreso en este su casa, en su iglesia!” Luego, invitó a todos a unirse en oración junto al Arzobispo Visvaldas Kulbokas, Nuncio Apostólico en Ucrania.

La visita del Cardenal Parolin ha sido interpretada como un punto de inflexión para muchos. El padre Andriy Havlich, vicario parroquial, repitió la promesa del cardenal de que el mundo está al tanto de la situación de la iglesia y se está trabajando para que los feligreses recuperen su propiedad.

Esta visita trasciende el gesto simbólico. Representa un mensaje claro de apoyo desde los niveles más altos del Vaticano y un testimonio de los esfuerzos continuos para abordar los complejos temas de libertad religiosa y patrimonio cultural en Ucrania. Para los feligreses de San Nicolás, es una señal de que su lucha no ha sido olvidada y que su esperanza de recuperar su iglesia podría hacerse realidad pronto.