Ecoespiritualidad: Amor por la Creación
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Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG
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El 1 de enero de 1990, el Papa Juan Pablo II afirmó de manera contundente: “Ante la destrucción generalizada del medio ambiente, las personas en todas partes están empezando a entender que no podemos seguir utilizando los bienes de la tierra como lo hemos hecho en el pasado. Está surgiendo una nueva conciencia ecológica. La crisis ecológica es un asunto moral.”
Preocupaciones para Todas las Personas:
La ecología ya no es un problema reservado para unos pocos. Personas de todos los ámbitos de la vida—ricos y pobres, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, urbanos y rurales—sienten el impacto de los problemas ambientales a diario. Una crisis ecológica de enormes proporciones se cierne en el horizonte, amenazando la supervivencia de la humanidad y otras formas de vida en este siglo.
Algunas de las Crisis Ecológicas:
Nos enfrentamos a numerosas crisis ecológicas: contaminación del aire y el agua, contaminación acústica, explosión demográfica, erosión del suelo, peligros para la salud por pesticidas y fertilizantes artificiales, cambio climático global, deforestación, disminución de la biodiversidad, sobreconsumo, migración urbana, extinción de especies y desarrollo destructivo. Estas crisis requieren una acción inmediata y concertada por parte de todos los implicados. Morimos y regresamos a la Madre Tierra, convirtiéndonos en uno con el cuerpo de Dios. Por lo tanto, la tierra es santa y sagrada y debe ser tratada con respeto y dignidad. Para restaurar la belleza y la gloria de la Madre Tierra, debemos adoptar una espiritualidad cosmoteándrica, reconociendo la íntima conexión entre el cosmos, lo divino y la humanidad. Esta espiritualidad nos inspira a respetar a cada ser creado como parte de la familia de Dios, invitándonos a vivir en armonía con nosotros mismos, los demás, el cosmos y lo divino.
Estamos en una Encrucijada:
Hoy, nos encontramos en una encrucijada, agudamente conscientes de la crisis ecológica que hemos causado y seguimos exacerbando. Aunque es impráctico detener todas las actividades de desarrollo, debemos urgentemente buscar programas de desarrollo sostenible y amigables con el medio ambiente. Nuestra misión hoy es promover la armonía en la diversidad y sostener todas las formas de vida en la tierra. Debemos despertar la conciencia de la humanidad para tomar acciones radicales hacia un ambiente sostenible y armonioso, asegurando la supervivencia de toda vida en este planeta.
Jesús, el Libertador Cósmico:
Reflexionando sobre la vida de Jesús, vemos a un ser humano ordinario profundamente conectado con la naturaleza. Caminó por los paisajes palestinos, familiarizado con las plantas, árboles, flores, frutas, aves y animales locales. Los Evangelios destacan el papel significativo que la naturaleza jugó en su vida—desde su nacimiento en un pesebre (Lucas 2:7) hasta su saludo por los pastores (Lucas 2:8). Encontró paz en el desierto (Marcos 1:13), lo que reforzó su misión. Comulgaba con el Padre en las colinas (Mateo 17:1), predicaba desde las montañas (Mateo 5:1-7:29), y realizó muchas enseñanzas y milagros en las orillas del Mar de Galilea (Mateo 13:1-52).
Espiritualidad Cosmoteándrica:
Una espiritualidad basada en la visión cosmoteándrica fomenta una profunda conciencia de la sacralidad de toda la creación, alentándonos a vivir en armonía con los humanos, el cosmos y Dios. Esta espiritualidad nos insta a abandonar actitudes destructivas hacia la tierra, abrazando nuestro papel como ‘labradores y cuidadores’ (Génesis 2:15) de la creación. Reconoce que la naturaleza es sagrada y dañarla es pecaminoso. Nos protegemos a nosotros mismos respetando y protegiendo la vegetación, los animales y los humanos. Esta espiritualidad afirma que el camino hacia Dios no solo implica oración, meditación, rituales, sacramentos y escrituras, sino también el cosmos en el que vivimos y nos movemos.
Diálogo sobre Cuestiones Ecológicas:
En nuestro mundo diverso de varias religiones, etnias y culturas, el diálogo sobre cuestiones ecológicas es crucial y gratificante. En un contexto de odio y violencia comunitaria, unir a las personas bajo el paraguas del diálogo ecológico puede tener un impacto significativo en todas las religiones. Como Oblatos, debemos colaborar con diferentes religiones para encontrar inspiración y responder a la crisis ecológica actual. Al abordar la crisis ambiental, jugamos un papel vital ayudando a las personas a replantear sus actitudes hacia la naturaleza, fomentando una nueva conciencia y un sentido de responsabilidad. Las religiones tienen el potencial de provocar cambios de actitud significativos. Es alentador que las religiones del mundo ya estén participando en el diálogo ecológico, y nosotros, los Oblatos, estamos participando activamente a varios niveles.
Eugene BENEDICT OMI
Consejero General para la Región de Asia-Oceanía