The Missionary Oblates of Mary Immaculate serve poor and abandoned people in the United States and 70 countries around the world.

Los Oblatos Celebran la Fiesta de la Inmaculada Concepción

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

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La Inmaculada Concepción ocupa un lugar especial en los corazones de los Oblatos, quienes encuentran unidad en su devoción a María y sus virtudes. Las redes sociales están llenas de fotos de comunidades Oblatas de diferentes rincones del mundo que se han unido para celebrar este día de fiesta.

Una devoción que marcó la vida espiritual del Fundador

Eugenio de Mazenod fundó nuestra Congregación para anunciar el Evangelio a los pobres. Para lograr este objetivo pensó que no podía menos de ayudarle la predicación de la devoción mariana, devoción que caracterizó su propia vida. El 20 de marzo de 1826, luego que la Congregación recibió el nombre de Oblatos de María Inmaculada, escribía al P. Tempier: “¡Si pudiéramos comprender bien lo que somos! Espero que el Señor nos dará esa gracia con la ayuda y protección de nuestra santa Madre, María Inmaculada, a quien tenemos que profesar una profunda devoción en nuestra Congregación. ¿No le parece que es una señal de predestinación llevar el nombre de oblatos de María, es decir, consagrados a Dios bajo los auspicios de María, cuyo nombre lleva la Congregación como un apellido que le es común con la Santísima e Inmaculada Madre de Dios?”

María Inmaculada es patrona de nuestra Congregación

En su carta de obediencia a los primeros misioneros del Canadá, el 20 de septiembre de 1841, el Fundador se expresaba así: “… sea vuestra guía y patrona la santísima Virgen María concebida sin pecado, cuyo culto tenéis que propagar por todas partes, como recordáis, por deber especial de vuestra vocación”. Y en su testamento: “Invoco la intercesión de la Santísima Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, atreviéndome a recordarle, con toda humildad, pero con consolación, la dedicación filial de toda mi vida y el deseo que siempre he tenido de hacerla conocer y amar y de propagar su culto en todas partes por el ministerio de aquéllos que la Iglesia me dio como hijos y que se han asociado a mis proyectos”. “María Inmaculada es la patrona de la Congregación… la tienen siempre por Madre… Dondequiera que los lleve su ministerio, tratan de promover una devoción auténtica a la Virgen Inmaculada, que prefigura la victoria definitiva de Dios sobre el mal.” (C 10)

Los Oblatos celebran la Inmaculada Concepción

Los primeros Directorios de los noviciados y escolasticados pedían que las fiestas de María se prepararan con recogimiento y penitencia y se celebraran con alegría. Las fiestas principales, como la de la Inmaculada Concepción, iban precedidas de un día de ayuno. Tras la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854, se introdujo una novena preparatoria a la fiesta. La tradición persiste hasta nuestros días; a lo largo de continentes y culturas, los Oblatos celebran la Inmaculada Concepción entretejiendo una rica trama de observancias religiosas, encuentros comunitarios y reflexiones personales. La diversidad de estas celebraciones refleja los contextos únicos en los que las comunidades Oblatas se encuentran, siempre manteniendo un compromiso compartido con los principios encarnados por María.

La discreta presencia de María

En su Carta del 8 de diciembre, el Superior General, el P. Chicho, escribe: «En estos días he meditado sobre la discreta presencia de María en los Hechos de los Apóstoles. Es llamativo el silencio de Lucas sobre la presencia de María durante la Pasión de Jesús y las apariciones del Resucitado. En los Hechos de los Apóstoles vuelve a aparecer María cuando la comunidad está reunida en oración y esperanza. María, la Madre de Jesús, es también la Madre de la nueva comunidad a la que el Espíritu colmará de dones el día de Pentecostés. Este misterio aparece como querido por el mismo Jesús desde la cruz en el Evangelio de Juan (Jn 19,26).»

Que María Inmaculada, Patrona de nuestra Congregación, continúe intercediendo por nosotros, como la suave brisa que acaricia la poesía del alma, en este viaje de devoción y reflexión.

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