JMJ: Asistente general para la Misión toma la palabra

Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG

Presione aqui para leer en Ingle

por el P. Raymond Mwangala, OMI

Una vez concluida nuestra peregrinación, me encuentro recordando la experiencia con gratitud. Al mismo tiempo, no dejo de preguntarme cómo seguirán adelante los jóvenes tras esta experiencia y también nosotros, los Oblatos, para hacer que ésta sea una realidad viva y permanente en nuestras vidas.

Recientemente, el Superior general, Luis Ignacio ROIS ALONSO, el Consejero general para África-Madagascar, Kapena SHIMBOME y un servidor, nos unimos a más de un millón de jóvenes de todo el mundo en las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar del 1 al 6 de agosto de 2023 en Lisboa, Portugal. Una vez concluida nuestra peregrinación, me encuentro recordando la experiencia con gratitud. Al mismo tiempo, no dejo de preguntarme cómo seguirán adelante los jóvenes tras esta experiencia y también nosotros, los Oblatos, para hacer que ésta sea una realidad viva y permanente en nuestras vidas.

Pozuelo, España.

Comenzamos nuestra peregrinación en Pozuelo, España, donde nos juntamos con un grupo de unos 270 jóvenes llegados de España e Italia que comparten el carisma Oblato. Hospedados por los Oblatos de la Provincia Mediterránea, nos reunimos en la Casa de los Mártires de España para vivir un tiempo de fraternidad y oración. El P. Gennaro ROSSATO, Provincial de la Provincia Mediterránea, se unió a nosotros en esta parte del viaje. Hubo momentos de oración y de fiesta, una peregrinación al cementerio de los Mártires Oblatos de España, con un via crucis y una Eucaristía, el diálogo con el Superior general y varios talleres catequéticos. La experiencia ayudó a los grupos de los 2 países a conocerse mejor entre ellos, y a mí me ayudó a experimentar de primera mano los gozos y las esperanzas de los jóvenes.

Viaje a Lisboa

El 1 de agosto, a bordo de 5 autobuses, emprendimos un viaje de nueve horas hacia Lisboa. Había mucha emoción y un poco de ansiedad en el grupo. Estábamos en territorio conocido y nos adentrábamos en lo desconocido, donde podíamos vernos fácilmente arrastrados por la multitud. Cuando al final llegamos a nuestro destino y mientras esperábamos que nos condujeran a nuestro alojamiento, el líder del grupo español, el p. Javier Montero INFANTES, nos recordó cuatro cosas importantes que debemos recordar a lo largo de los próximos días: la paciencia, la flexibilidad, la gratitud y el espíritu de alegría. Ha sido un privilegio poder participar en esta experiencia. A muchos les habría encantado estar donde estábamos nosotros y no han podido. Era hermoso pensar que nosotros les representábamos.

Nuestro alojamiento era sencillo: un colegio cuyas aulas habían sido transformadas en dormitorios. A cada uno se nos asignó un lugar en el suelo donde colocar nuestro saco de dormir. ¡También al Superior general! A él le tocó un pequeño hueco en el suelo, en una sala con otras 30 o 40 personas. Fue una lección de humildad para muchos de nosotros. Las noches aportaban la experiencia única de una gran sinfonía de voces que descansaban en el Señor. Pero a la mayoría de nosotros no nos costó mucho acostumbrarnos a los sonidos.

Parques de Jogos para la celebración eucarística de clausura

Encuentro de Jóvenes Oblatos de todo el mundo

La mañana del 2 de agosto, acudimos al Parques de Jogos para el encuentro de Jóvenes Oblatos de todo el mundo. Más de 1000 jóvenes y oblatos participaron en el encuentro.  Además de orar juntos, tuvimos la oportunidad de escuchar al Superior general y dialogar con él. Y lo que es más importante, fue una gran oportunidad para que los oblatos que trabajan con jóvenes se conocieran y entablaran contactos. Durante el encuentro, algunos jóvenes expresaron el deseo de poder mantenerse en contacto estrecho de alguna forma desde las distintas partes del mundo. Es un reto en el que tendremos que reflexionar en el futuro: ¿cómo construir la comunión entre los numerosos y variados grupos de jóvenes que son acompañados por Oblatos de todo el mundo?

Los jóvenes, realmente querían orar, y ¡ciertamente oraron!

La Misa inaugural, la acogida del Santo Padre, las estaciones del vía crucis, y la Vigilia y Misa de clausuras fueron todos ellos momentos álgidos de la experiencia. Cada uno de ellos ofreció a los jóvenes materiales más que suficiente que digerir en el curso de su peregrinación.
La Misa inaugural, el 1 de agosto, presidida por D. Manuel Clemente, patriarca de Lisboa, fue una celebración muy hermosa. Con cerca de un millón de jóvenes, nos maravilló el clima de oración y solemnidad que reinó. Los jóvenes, realmente querían orar, y ¡ciertamente oraron!
La ceremonia de acogida del Santo Padre fue una experiencia muy emotiva para muchos jóvenes. Uno podía ver las lágrimas en sus rostros mientras les hablaba.
El momento álgido de la experiencia fue la Vigilia del sábado por la noche. Más de un millón de personas se reunieron para orar en la gran explanada transformada en santuario. Le siguió un festival de música y, al final, los millones de jóvenes se fueron a dormir al raso. La celebración eucarística de clausura puso fin a nuestra semana de encuentro.

Echando una mirada a lo vivido

Al echar una mirada atrás, espero que podamos seguir avanzando. El reto es cómo aprovechar la energía y la experiencia de Lisboa 2023. Como Oblatos, ¿cómo pensamos continuar nuestro acompañamiento a los jóvenes en su peregrinación, mientras celebran y buscan un sentido a sus vidas?

Raymond MWANGALA, OMI, Asistente general para la Misión

El p. Chicho nos ha mostrado una forma de hacerlo – estando cerca de la gente. Al caminar cerca de ellos, podemos, todos juntos, iniciar un discernimiento de las mociones del Espíritu Santo en ellos y, con valentía, responder a la llamada. ¡Estoy lleno de gratitud por los muchos Oblatos que acompañaron a grupos asociados con los Oblatos o de sus diócesis, por las unidades que pusieron recursos a disposición, por la Iglesia y por la nación de Portugal que permitió que Lisboa fuera nuestro hogar durante Lisboa 2023!
A todos, ¡muchas gracias, obrigado! ¡Que esto sea el comienzo de algo nuevo!

<