La Visita del Superior general a la Provincia de Lesoto.
Lesotho
Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG
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P. Julius Letsoela, OMI
Cuando se dio cuenta de la manifestación y concepción de Cristo en su seno, María no pudo resistir el impulso de salir a ver a los otros. Fue a ver a su prima, Isabel, para que experimentara y compartiera ella también la alegría, el agradecimiento y la bendición. Todavía con la imagen del ángel y con la encarnación de Cristo en el corazón salió a ver a su prima. El perfume de su beatitud se derramó y alcanzó tanto a Isabel como a su hijo.
De forma parecida, la alegría y la bendición del P. Superior general, Louis LOUGEN omi, sucesor de San Eugenio de Mazenod, permitieron que los Oblatos de la Provincia de Lesoto experimentaran el inefable espíritu de alegría, agradecimiento y bendición. El Padre general llegó a Lesoto el 5 de julio de 2022.
Durante su estancia en la Provincia, pudo reunirse con varios grupos y personas. Entre otros, se encontró con el Consejo provincial, con la AMMI, con ex oblatos (a los que se refirió como a los hijos de Eugenio de Mazenod), con la Conferencia Episcopal Católica de Lesoto, y también tuvo una reunión con los miembros de la Provincia de Lesoto, tanto con los de Lesoto como con los de la Misión de Botsuana. En ese encuentro también participó el Consejero para África-Madagascar, el P. Guillermo MUTHUNDA.
El Padre General también pudo visitar varios lugares oblatos cercanos, como el Hogar Lebreton para personas mayores y ancianos, el Centro Pastoral Oblato ‘Maria ‘Mabasotho, el Escolasticado, la Casa del Colegio Pío XII y los albergues, y la Parroquia de Roma, donde está la tumba del beato José Gerard.
El momento álgido de la visita del Padre LOUGEN fue la inauguración y bendición del edificio de la Imprenta Mazenod, destruido por el fuego en 2020. El 10 de julio, celebró la Santa Eucaristía en la parroquia Regina Mundi de Mazenod.
El Padre general partió de regreso a Roma el 11 de julio de 2022. Sin duda, “María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa”. (Lc 1, 56)