Un buen inicio en Abenoxoe
Ghana
Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG
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Por el H. Rafał Dąbkowski OMI – Misionero en Ghana.
El domingo por la tarde, el 28 de noviembre de 2021, pisamos por primera vez la tierra de Ghana. Probablemente recordaremos siempre este vuelo desde Roma vía Lisboa – es un gran paso hacia una nueva misión oblata en el continente africano. Después de casi dos meses de preparación en Roma, Lourdes y Aix, nuestro equipo pionero comienza una nueva obra en este país del oeste africano, con una población de 30 millones de habitantes.
Se trata de una auténtica misión Oblata, entre los más pobres, cuyos refugios son pequeñas casas a menudo recubiertas de arcilla y con un techo a base de chapa que les protege, especialmente en la temporada de lluvias. Es una misión que ciertamente encaja en nuestro carisma mariano, un lugar al que llegan numerosos peregrinos ghaneses y también turistas visitantes. Es también una misión en el fin del mundo, porque sólo se puede llegar a las capillas más cercanas en bote. Es, en definitiva, una misión acorde con el espíritu de nuestro Fundador, porque responde a la petición del obispo del lugar, que ve la necesidad de una nueva congregación mariana en la diócesis.
Un buen comienzo, la mitad de la batalla ganada – una comunidad vibrante
La misión de Ghana es la primera misión Oblata abierta en este nuevo milenio y la primera del tercer siglo de historia de la Congregación. La pandemia Covid-19 no permitió abrirla antes, y ya en 2019 la diócesis de Ho había visto la visita de numerosos miembros de la Administración general como respuesta a la invitación del obispo local. Al final se decidió abrir una nueva misión que depende directamente del Padre general.
La nueva comunidad está formada por tres Oblatos de nacionalidades distintas (Nigeria, Polonia, Senegal). Desde el 1 de octubre, pertenecemos oficialmente a la comunidad de la Administración general. Pasamos mucho tiempo de preparación antes de iniciar esta nueva obra, en Roma, en Lourdes, en Aix y en la misma Ghana. Conferencias, charlas, reuniones, retiros, y finalmente la experiencia de estar ya en el lugar donde íbamos a trabajar nos han permitido prepararnos bien para el trabajo en Dolna Volta, en la parte oriental de Ghana.
En nuestra Casa general pudimos recibir varias sesiones sobre interculturalidad, internacionalidad, construir una nueva comunidad, y la historia de las misiones. Juntos vivimos un retiro en Lourdes y también visitamos la comunidad de la casa madre en Aix. En Ghana, a invitación del obispo de la diócesis de Ho, Emmanuel Fianu SVD, pudimos observar el trabajo que se hace en muchas parroquias. Lo más hermoso fue recibir la indulgencia del Santuario que luego íbamos a custodiar. Esta experiencia ha fortalecido nuestra conciencia de la decisión tomada, así como de las grandes necesidades de la Iglesia de África.
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