El anuncio de un Año de San José el pasado 8 de diciembre ha sido una sorpresa. El Papa Pío IX proclamó a San José patrón de la Iglesia universal y, a los 150 años, el Papa Francisco ha propuesto un Año Jubilar en su honor.
Él es para nosotros, los Misioneros Oblatos, el protector de la Congregación y el patrón de los Oblatos hermanos. Por tanto, el Comité General de los Oblatos hermanos desea proponer a la Congregación y a la familia mazenodiana un tiempo especial entre el 19 de marzo y el 1 de mayo de 2021.
San José es el hombre del silencio. No hallamos una palabra suya en los Evangelios. Pero, cuando despertó, José hizo aquello que el ángel del Señor le había prescrito: acogió a su mujer en su casa, y, sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo, al que él puso el nombre de Jesús (Mt 1,24-25). José alimentó una confianza tal en Dios con su fidelidad a la oración. Además, el evangelista Mateo detalla que el encuentro con el Ángel tuvo lugar en sueños. Ahora bien, en la experiencia bíblica, el sueño no es sinónimo de ensoñación, sino que evoca el estado del creyente enteramente orientado a Dios y a la escucha de su Palabra. El evangelista Lucas subraya también la obediencia de José y María a las prescripciones de la Ley.
En su Carta apostólica «Patris corde», el Papa Francisco no duda en escribir: «En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre». Con su Carta, el Papa Francisco quiere ayudarnos a descubrir en la figura de San José «tan cercana a nuestra condición humana» su humildad, su discreción, su confianza, todo lo cual hace de él un apoyo fraterno, un recurso paterno, un sostén espiritual. «Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad»[i]. Cuando el cólera se extendía por Europa, el Fundador escribió el 23 de marzo de 1832 al P. Guigues:
«Muy amable ha sido, mi muy querido P. Guigues, al acordarse de que vivo bajo el patrocinio del gran San José y al no haberme olvidado ante ese santo el día de su fiesta […]. Creo su alma muy superior a todas las inteligencias celestiales por encima de las cuales está indudablemente colocado en el cielo. En esa morada bienaventurada, Jesucristo, María y José son tan inseparables como lo fueron en la tierra. Creo en esas cosas con la fe más firme […]. Estoy convencidísimo también de que el cuerpo de San José está ya en la gloria [..]. Por eso en vano buscaría sus reliquias en la tierra. No se las presentarán como tampoco las de su santa esposa […]. A nadie se le ha ocurrido presentar ni siquiera falsas, de esos dos eminentes personajes, lo que considero como un permiso de Dios. Constato el hecho, dele el valor que le plazca. Para mí, es el “Confirmatur” de mi opinión muy firme y de la que hago abierta profesión. Si le va a su piedad, medítela y no dudo la adoptará, quiero decir el conjunto de mi doctrina sobre el archi-santo que veneramos de todo nuestro corazón» (Escritos Oblatos 7, nº 419).
Y el Directorio de la formación primera de 1876 prescribía: «Entre todos los santos a quienes los novicios honrarán de modo especial, San José ocupará el primer lugar, tanto por razón del singular privilegio que tuvo de estar asociado al misterio de Jesucristo, como por ser patrono de las almas interiores que llevan una vida oculta… Por eso le invocarán a menudo… y unirán casi siempre su nombre a los nombres sagrados de Jesús y de María…»[ii].
Desde hace algunos años, la Conferencia de Superiores Mayores de Estados Unidos celebra el 1 de mayo la fiesta del Religioso Hermano. El riesgo de tomar a San José Obrero como referente podría llevar a ver en el religioso Hermano solo desde la perspectiva de su trabajo, oscureciendo el resto de su vocación, dado que su vocación, como toda vocación, radica fundamentalmente en su bautismo. Afortunadamente, la tradición en nuestra Congregación es prestar especial atención a la vocación del Oblato Hermano el 19 de marzo.
El Comité quisiera aprovechar este tiempo fuerte (del 19 de marzo al 1 de mayo de 2021) para promover la vocación del Oblato hermano en la Congregación, recordar la importancia de esta vocación en la Iglesia, rezar por los Oblatos hermanos y profundizar en su estilo de vida.
No duden en consultar el documento de la Iglesia sobre la vocación del religioso hermano Identidad y misión del religioso hermano en la Iglesia [iii].
Con el fin de vivir este año consagrado a San José, algunas Unidades no han dejado pasar esta iniciativa, poniendo en marcha ciertas propuestas. No duden en hacernos llegar sus iniciativas y realizaciones (por correo electrónico: gcob.cgof@gmail.com), intentaremos darlas a conocer.
He aquí algunos modos de animar este tiempo fuerte:
Está ya muy cerca la solemnidad de San José del próximo 19 de marzo. Algunos la harán preceder de una novena (encontrarán algunas en Internet).
Para el 19 de marzo, invitamos a las comunidades a tomar un tiempo para meditar la Carta Apostólica «PATRIS CORDE» del Papa Francisco (cf. www.vatican.va).
No dejen de compartir sus pensamientos con nosotros, trataremos de ponerlo en la Red. En las próximas semanas pondremos en internet algunas meditaciones.
En adjunto, podrán encontrar meditaciones de los misterios de San José.
No dude en ponerse en contacto con el miembro de su Región del Comité general de los Oblatos hermanos para promover la vocación del Oblato Hermano.
Feliz fiesta y feliz año de San José.