Odhran O’Brien
En los meses pasados el mundo ha luchado para responder a la COVID-19. En este tiempo, muchos paralelismos han sido evocados entre la crisis actual y el estallido de la “gripe española” que siguió al final de la Primera Guerra Mundial en 1918.
Una breve comparación con la experiencia australiana desde 1918 a 1919, nos proporciona información sobre cuán bien ha sido manejada la crisis sanitaria actual por los líderes civiles y comunitarios en todo el país.
LA GRIPE ESPAÑOLA
La “gripe española” alcanzó Australia al final de 1918 y se difundió por el país durante 1919. A lo largo de la pandemia el 40 por ciento de la población australiana quedó afectada y fallecieron unas 15.000 personas, en un tiempo en que la población era poco más de 5 millones. A escala global, la enfermedad mató a más de 50 millones de personas y sobre todo afectó a los adultos con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años. Las comunidades insulares, como es el caso de Australia, impusieron estrictas medidas de cuarentena para evitar la propagación de la enfermedad. Las autoridades gubernamentales pusieron barreras a los navíos procedentes del exterior e impusieron la cuarentena donde había brotes locales. Un puesto importante de cuarentena en el Occidente de Australia fue Woodman’s Point, cerca de Fremantle.
AUSTRALIA OCCIDENTAL
Un barco llamado Boonah llegó a las aguas de Australia Occidental el 11 de diciembre de 1918 llevando a bordo a 1000 soldados australianos de los que 300 estaban infectados con la “gripe española”. El Boonah había partido de Fremantle con tropas australianas asignadas a luchar en el Medio Oriente en la Primera Guerra Mundial. El barco llegó a Durban, África del Sur, tres días después de la firma del armisticio con el que terminó la guerra. En Durban, algunos pasajeros contrajeron la gripe.
Al regresar a Fremantle, el gobierno de la Commonwealth inicialmente rechazó permitir al navío llegar al puerto. Unos días después, 300 soldados desembarcaron en un trasbordador y fueron llevados a Woodman’s Point donde se establecieron temporalmente hospitales para los soldados enfermos. Woodman’s Point estaba dentro de los límites de la parroquia de Fremantle bajo el cuidado pastoral de los Oblatos de María Inmaculada. A mediados de diciembre, el p. John Flynn OMI, párroco de Santa Ana en Fremantle Norte, se presentó voluntario para asistir el puesto de cuarentena en Woodman’s Point.
El p. Flynn nació en Stamullen, Country Meath, el 10 de diciembre de 1869, en Irlanda. Fue ordenado presbítero en 1894 en Lieja y navegó hacia Australia en 1899. Las noticias de este periodo recogidas en los periódicos dicen que el p. Flynn abrazó de todo corazón su trabajo con los soldados en Woodman’s Point. Al ser liberados del puesto de cuarentena, un soldado luterano de la Iglesia Holandesa y otro presbiteriano de la Iglesia de Escocia fueron entrevistados y ambos expresaron su admiración por el cuidado pastoral que el p. Flynn administró a todos los soldados, sin distinción de religión, intentando animar a todos los que visitó.
En su primera temporada en el puesto para la cuarentena, en enero de 1919, el p. Flynn contrajo la gripe pero se las arregló para recuperarse rápidamente después de un tiempo de autoaislamiento. A pesar de los riesgos para su salud, en marzo de 1919 Flynn regresó al puesto de nuevo para acompañar espiritualmente a los soldados moribundos. A esto siguió otro período de aislamiento antes de volver a trabajar en la parroquia de North Fremantle. En junio, Flynn tomó la valiente decisión de regresar a Woodman’s Point por tercera vez y sobrevivió milagrosamente a una nueva infección. El trabajo de Flynn en el puesto de cuarentena fue proclamado como uno de sus más grandes logros en Australia Occidental cuando fue despedido antes de regresar a Irlanda en 1921.
A medida que continuamos nuestra navegación en estos tiempos desafiantes del año 2020, es importante mirar cómo otros han respondido con generosidad en tiempos igualmente difíciles. El p. John Flynn OMI decidió situarse en el centro de la crisis de la “gripe española” en Australia Occidental y se puso al servicio de aquellos que más lo necesitaban.
Las personas a las que atendió Flynn han buscado servir nuestra nación en tiempo de necesidad. Un total de 27 soldados y 4 enfermeras murieron en Woodman’s Point. El ejemplo de Flynn es un recordatorio destacado de la generosidad cristiana frente a la adversidad.