P. Thomas Bang, OMI
El escándalo de los abusos a menores y adultos vulnerables en la Iglesia es un reto para todos. No es una realidad específica de un continente o de una iglesia local particular.
La Provincia Eclesiástica de Garoua (Camerún), compuesta por cuatro Diócesis (NGaoundéré, Garoua, Maroua-Mokolo, Yagoua), con el fin de luchar contra este fenómeno, optó por un método preventivo. Información y formación es el método más eficaz para prevenir desgracias y por eso la Provincia eclesiástica de Garoua organizó un curso este verano en el seminario mayor interdiocesano de Maroua.
Se abrió a todos los presbíteros de la Provincia eclesiástica en sus cinco primeros años desde su ordenación presbiteral. Todos los oblatos de menos de cinco años desde su ordenación presbiteral y los hermanos de votos temporales y perpetuos de la Provincia de Camerún participaron en la sesión. La sesión duraba cinco días, desde el 1 hasta el 5 de julio de 2019. El tema principal fue: “La afectividad en la vida del presbítero y del religioso”. El objetivo fue ayudar a los participantes a comprender mejor su identidad humana y vocacional en relación con la sexualidad, para poder vivir mejor los valores de la castidad. Fueron 49 los participantes y dos obispos de la Provincia eclesiástica también estuvieron presentes.
El objetivo fue también romper el tabú de hablar sobre la sexualidad de los presbíteros y religiosos en el contexto cultural africano. Con este fin una mujer laica participaba entre los conferenciantes. Existen casos de abuso sexual, aunque nadie hable de ello. Incluso cuando se habla, algunos intentan relativizarlo apelando a las realidades culturales. El reto mayor es cómo hacer pasar el mensaje para crear una concienciación colectiva. Y porque ninguna guerra se puede ganar sin identificar las causas de la misma y los enemigos a los que hay que enfrentarse, los tres conferenciantes desarrollaron sus conocimientos durante cinco días para hacer pasar el mensaje correcto a los participantes.
En su intervención, la hermana Daniela Migotto, Misionera de la Inmaculada, dejó claro que no entender la sexualidad es empobrecer la vida porque la sexualidad no es tan simple como la pensamos. La sexualidad engloba cuatro dimensiones principales de la vida humana, como son: la psicológica, la fisiológica, la racional y la espiritual.
La señora Stéphanie Ngadji es una abogada de la Asociación de Abogados de Camerún. Habló sobre los tipos de abusos y las penas impuestas por los legisladores de Camerún. Si hay un caso de abuso sexual a un menor o a un adulto vulnerable por parte de un ministro o una autoridad religiosa, el legislador camerunés duplicará la sentencia de este último.
El padre Thomas Bang, OMI, es un canonista y tiene como especialidad la protección de menores y adultos vulnerables. Su presentación versó sobre los tipos de abusos sexuales, el procedimiento en el caso que exista Noticia criminis, el tribunal competente y las penas previstas por el Código de derecho Canónico. También habló sobre el Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela y el último Motu Proprio del papa Francisco, Vos estis lux mundi
Los participantes no solo dieron las gracias a sus obispos y a los conferenciantes sino que también expresaron su deseo de que la sesión quede integrada en sus programas de formación. Con esta sesión, el maleficio de hablar sobre este tema se rompió y otros muchos obispos han expresado su deseo de que la sesión se celebre en sus diócesis.