“Somos la Iglesia”

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

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No se puede contar la historia de los Oblatos en Canadá sin mencionar nuestra presencia entre las comunidades de las Primeras Naciones. A modo de ejemplo, cuatro años después de la llegada de 575-we-are-church-1los Oblatos a Canadá, en 1841, el P. Pierre FISET visitó Sept-Îles , en la costa norte de Quebec, para encontrar al pueblo innu, una de las Primeras Naciones. Cinco años después, en 1850, los Oblatos estaban a cargo de las misiones con las Primeras Naciones de la costa norte de Quebec, desde Tadoussac hasta Labrador.

Esta misión creció con el tiempo, llevando a muchos oblatos, tanto hermanos como sacerdotes, a todos y cada uno de los recovecos del vasto territorio de la costa norte. Aunque la misión tuvo sus glorias y debilidades, siguió siendo una misión en la que el pueblo de las Primeras Naciones y los Misioneros Oblatos de María Inmaculada caminaron juntos en el extenso campo de la evangelización. 

575-we-are-church-3 - CopyLos misioneros trabajaron con las comunidades para sistematizar su lengua, escribir sus antiguas historias y tradiciones, traducir muchos documentos importantes, etc. Pero tras varios años de gloria, el número de misioneros comenzó a decaer de forma importante. Afortunadamente, las comunidades se sostienen por sí mismas, tienen sus propios lingüistas y traductores profesionales, antropólogos, etnógrafos, profesores y directores de escuela, etc. Los misioneros estaban, así pues, liberados para sus programas pastorales sociales.

Pero luego las comunidades que un día tuvieron misioneros permanentemente con ellos comenzaron a ver difícil tener incluso a un misionero itinerante. Y, movidos por un auténtico amor hacia la misión con las Primeras Naciones y hacia el pueblo de las Primeras Naciones, la provincia oblata de Nuestra Señora del Cabo hizo una opción misionera de asegurar una presencia pastoral de calidad entre las nación innu de la costa norte de Quebec.

Hoy día somos cuatro misioneros de distintos países a cargo de siete comunidades. Nuestras comunidades no son como las de hace 575-we-are-church-4 - Copyalgunos años. En la mayoría de los casos la edad media de los que acuden a nuestras actividades es de más de 70 años, afectando de veras a nuestra relación con las generaciones jóvenes.

Pero la comunidad de Matimekush-Lac John ha probado poder transformar la vida de su Iglesia. A comienzos de 2016 la comunidadd decidió reinventar su organización pastoral. No teniendo equipo pastoral, nos dimos dos años para cumplir con una lista interminable de jóvenes que aún no habían recibido su Primera Comunión. Una vez lanzado el reto, hasta 13 miembros de nuestra comunidad decidieron presentarse voluntarios para dar catequesis. Recientemente probaron su valía al presentar a cuarenta jóvenes para recibir la Primera Comunión. Fue una actividad comunitaria, dado la última vez que la mitad de los participantes estuvieron una celebración de Primera Comunión fue hace 22 años.

Durante la celebración las mujeres expresaron su deseo de asegurar un acompañamiento permanente de nuestros jóvenes para la preparación a los sacramentos y de mostrar a otras comunidades innu cómo ser Iglesia en este tiempo de empoderar a los laicos. (Ali NNAEMEKA)

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