Formación para la vida y la misión oblata hoy
Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG
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Comité General de la Formación
P. Benedicto Frías, miembro del Comité General de la Formación, hable de su reciente reunión anual.
Cada año el Comité General de la Formación se reúne para continuar con la misión de la formación en la Congregación. Uno puede preguntarse, ¿Cuál es el trabajo de esta comisión? Primero que nada, está compuesta por un representante de cada región oblata junto con el primer asistente del Consejo General cuya tarea principal consiste en «… estudiar los problemas de la vocación y de la formación y presentar recomendaciones al Superior General y a su Consejo». (R49b). En segundo lugar, este comité es de carácter consultivo al servicio de la Congregación; es nombrado por el Superior General en Consejo.
Aclarando un poco el qué y el para qué de este comité, quiero compartirles algunas de las impresiones y parte del trabajo que hicimos durante estos días en Marino, donde la Provincia Mediterránea tiene el ministerio con los jóvenes que les ha caracterizado positivamente desde hace ya 50 años. La reunión comenzó propiamente el lunes 13 de febrero por la tarde, cuando nos reunimos a celebrar la Eucaristía y compartir una rica cena con los Oblatos de la Provincia que trabajan en la Pastoral Juvenil. El Superior General presidió la Eucaristía puesto que él había dado una charla a los oblatos que se habían reunido para tener juntos una jornada de reflexión en el Centro Juvenil de Marino. Éramos cerca de 15 oblatos y cinco jóvenes quienes forman la comunidad de Marino.
Al día siguiente, el p. Cornelio NGOKA (responsable del Comité) nos mostró el trabajo que nos mantendría bastante ocupados durante una semana. El p. Guiseppe RUBINO, representante de la Región de Europa y actual maestro de novicios de la Provincia Mediterránea, nos mostró el trabajo para ver y aprender lo que los Oblatos realizan en esta parte del mundo. Otros miembros del comité son p. Raúl SALAS, representante de la Región Canadá-Estados Unidos y actual superior del Escolástico de San Antonio; p. Alexius IGBOZURIKE, representante de la Región África-Madagascar y formador al Escolásticado de Yaundé; p. Roshan SILVA, representante de la Región Asia-Oceanía y actual maestro de novicios en Sri Lanka; y un servidor, p. Benedicto FRÍAS, actual Superior del Escolasticado de México y representante de la Región de América Latina. En el segundo día de nuestra estancia ahí, pudimos visitar la comunidad del Escolasticado en Frascati y acompañar a un escolástico de la Delegación de Uruguay, en la renovación de sus votos religiosos.
Uno de los puntos de nuestra agenda era reflexionar a la luz de las Actas del Capítulo, específicamente, que se debe de hacer en la formación oblata y a que estamos invitados los oblatos en este momento histórico. Después de que cada uno presentó el reporte de la formación en nuestras regiones, tomamos un tiempo considerable para reflexionar el documento del Capítulo y poder así hacer propuestas concretas de cómo poner en práctica lo que los padres capitulares nos han pedido hacer ahora a los oblatos en el ámbito de la formación. Solo para mencionar algunos que tratamos en la reunión, la formación permanente, la formación en la interculturalidad, así como el programa del Pre-Noviciado fueron tratados a conciencia esperando que sean después asuntos importantísimos que tratar en cada unidad oblata durante los próximos años. Todos sabemos que formamos parte de una congregación religiosa internacional, pero la pregunta que debemos hacernos es sí estamos conscientes de la necesidad de llegar a ser y trabajar como una verdadera familia misionera en una forma intercultural.
El papa Francisco nos ha dado un maravilloso documento a través de la Congregación para el Clero. Dicho documento nos invita, como familia religiosa misionera, a mirar el don de la vocación como un regalo de Dios que nos “obliga a proponer un serio camino de formación”. El Papa desea que esta tarea que consiste en “cuidar y promover las vocaciones para que den frutos maduros”, sea un elemento esencial de la actividad misionera de la Iglesia. Como parte de nuestra tarea hemos estudiado este documento y pudimos descubrir que no está lejos de nuestro programa de pre-noviciado. En este sentido, los formadores debemos trabajar paciente y cuidadosamente por las vocaciones para poder ayudar a nuestros formandos a ser auténticos discípulos y misioneros de Jesús Buen Pastor.
Definitivamente una de las riquezas del CGF es la posibilidad de reflexionar, cuestionar, proponer y también estar en desacuerdo entre nosotros, que nos lleva a creer juntos que el proceso de formación es un ministerio esencial en la congregación. Aun sabiendo de la disminución de las vocaciones en algunas partes del mundo, el ministerio de la formación necesita siempre una prioridad en nuestros planes. Personalmente, estoy encantado de descubrir que hay esperanza de que el ministerio de la juventud y las vocaciones sea nuevamente una de las prioridades en muchas unidades oblatas.
Concluimos nuestra reunión el lunes 20 con la Eucaristía que celebramos junto con la comunidad del Centro Juvenil en Marino. Sin necesidad de mencionarlo, el lenguaje no fue un problema para rezar, celebrar, estudiar, aprender y trabajar juntos como equipo. El inglés fue la lengua oficial, pero también pudimos comunicarnos con la comunidad usando algunas lenguas romances como el francés, italiano y español.