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Venezuela: Una situación muy difícil

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

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571-venezuela-1Estos son algunos comentarios que el Padre Javier ÁLVAREZ LODEIRO, superior de la Misión OMI, hizo algunas semanas antes del anuncio del 24 de Octubre de 2016 de la Santa Sede, que tratará de actuar como mediadora en el proceso de búsqueda de una paz duradera para este país en conflicto. La situación es muy volátil y las cosas cambian de un día a otro. Este es un testimonio de un oblato que vive allí y nos habla de las tensiones y dificultades que cada día viven nuestros oblatos.

Expectación y desánimo. Estas palabras podrían definir la situación de Venezuela por el rápido deterioro de la situación del país. En poco menos de un año estamos viviendo un declive máximo, ya antes anunciado pero ahora vivido en cada casa. Los alimentos escasean, es difícil encontrarlos y los que se consiguen son aun precio desorbitado. Si el año 2012 el kilo de Cachama (pescado de rio o piscifactoría) estaba a 20 bolívares, en 2014 llegaba a 200. A finales de 2015 estaba en 800, hoy en día se consigue a 2000 bolívares el kilo, siendo un producto de la zona donde yo vivo. Si le sumamos que el salario mínimo es de 15000 bolívares pueden imaginarse el drama que supone alimentarse. Además casi no hay medicamentos para las enfermedades comunes, no digamos para tratamientos más delicados. Y se agravan las enfermedades por la falta de cuidados. Todo se convierte en algo difícil, ya no hay como hacerle una tarta de cumpleaños al hijo, o los conflictos en el hogar tienen nombre de comida. Y lo peor no ha llegado aún.

Los saqueos están siendo el anticipo de un estallido social que aún, a Dios gracias, no ha mostrado su rostro. En ciertos lugares se han dado saqueos y enfrentamientos con la fuerza armada: De Cumaná en días recientes nos ha llegado noticias de represión a los saqueos que asolaron la ciudad. Los noticieros no informan, pero compañeros sacerdotes hablan de muchos muertos. Y detuvieron a más de 400 personas, hacinadas durante días en un galpón sin agua ni un baño…

En medio del desánimo general por una situación insostenible, la única esperanza que queda es un cambio de gobierno a través del revocatorio, si se efectúa antes que termine el año, dado que si fuera en 2017 el gobierno pasaría a manos del vicepresidente, y no sería cambio en absoluto. En caso de que se cierre esa llave, la olla a presión de la sociedad venezolana estallará sin remisión, dejando dolor y violencia, en este país cuyo índice de asesinatos supera realmente cualquier otro estado incluido Afganistán.

Nuestras comunidades están situadas en diferentes zonas: En Santa Bárbara vivimos en un pueblo campesino lo cual da ciertas opciones de alimentación gracias al campo. En San Cristóbal se percibe una cercanía a los puntos productores de hortalizas y también se consigue algo generalmente. Más grave es la situación de la comunidad de Catia, que sufre restricciones de agua y de alimentos, sin acceso cercano a fuentes productoras. Además, la delincuencia es mayor en estas zonas cercanas a Caracas, nombrada la ciudad más violenta del mundo.

La actitud de los oblatos es la de acompañar a este pueblo, animando a superar el desánimo generalizado y ofreciéndole esperanza, en la fe del Señor que camina con su pueblo. No estamos en grave situación, aun cuando sufrimos con los más necesitados que padecen graves carestías. Pero la sombra de un estallido social que traería imprevisibles consecuencias está en el horizonte. Los próximos acontecimientos serán definitivos en esta larga agonía del país.

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