The Missionary Oblates of Mary Immaculate serve poor and abandoned people in the United States and 70 countries around the world.

Kenia: Mostrar la Misericordia a través de la pastoral penitencial

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

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571-kenya-1El P. Fidele MUNKIELE es Director de Formación de la Misión de Kenia y capellán de prisiones, un ministerio muy querido por el joven sacerdote Eugenio de Mazenod.

Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada están implicados en el ministerio de las prisiones en muchos sitios del mundo. Está en sintonía con nuestro carisma: evangelizar a los pobres, los más abandonados. En Kenia, los Oblatos trabajan en la prisión de mujeres de Nairobi Langatta.

Nuestro ministerio consiste en atender las necesidades espirituales de los prisioneros (misas, sacramentos), las necesidades pastorales, su bienestar social y el cuidado psicológico. Es un ministerio exigente porque conlleva tiempo, medios materiales y presencia. Les ayudamos en sus necesidades básicas: jabón, artículos de higiene, zapatos, medicamentos.

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Muchas mujeres están condenadas por crímenes (menores o mayores) que cometieron empujadas por una vida de pobreza y desempleo. La desesperación las llevó a hacer cuanto podían para sobrevivir. Muchas son madres solteras, y algunas son aún jóvenes solteras. Otras mujeres están aquí a causa de una representación legal deficiente por su pobreza.

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Nuestro ministerio les ofrece una oportunidad para reformar sus vidas y aconsejarles para que, una vez libres, puedan llevar una vida normal y saludable. Las que salen, una vez cumplida una sentencia de largos años, no reciben ninguna ayuda del gobierno ni de la sociedad – a menudo son rechazadas por sus propias familias. Los Oblatos tratamos de ayudarlas con pequeñas cantidad de dinero para que puedan abrir un pequeño negocio, algo sencillo que les permita sobrevivir. Algunos tienen niños que, por desgracia, quedan privados de escolarización.

Todos sabemos que el agua simboliza la vida. En junio de este año, hemos podido ofrecer un depósito de 8.000 litros de capacidad para la prisión, que tenía un problema con el suministro de agua a las mujeres, algunas con niños o bebés a su cargo. El regalo hizo que brotaran lágrimas de alegría tanto de las prisioneras como de la plantilla.

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