Hacia una Espiritualidad de JPIC : el Carisma Oblato al servicio de los pobres

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

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Por el P. Kennedy Katongo, OMI  Director de JPIC OMI – Roma
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P. Kennedy Katongo, OMI

El Ministerio de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) está en el corazón de nuestra misión como Misioneros Oblatos de María Inmaculada. El ministerio de JPIC es nuestra forma de vida y nuestro camino para la misión, y forma una parte integral en nuestro proceso de Evangelización. Esto es importante recordarlo especialmente ahora que vivimos el tercer año del Trienio Oblato, y reflexionamos sobre el 200 aniversario de la Congregación, a las puertas del 36º Capítulo General. Es importante notar que hoy vivimos en un mundo caracterizado por los cambios rápidos, lo que nos plantea a la vez oportunidades y desafíos.

Por tanto, el ministerio de JPIC comienza con el ver, “ver realmente” – contar con una mirada auténtica y profunda – adoptar una postura contemplativa y una lectura profética, capaces de discernir a la luz de los valores del Evangelio lo que está sucediendo en nuestro mundo actual – nuestro hogar común. El ministerio JPIC nos ayuda a analizar la realidad actual con una perspectiva contemplativa para poder llegar hasta las estructuras que generan pobreza, devastación en el medio ambiente, conflicto y violencia y descubrir cómo hacer más visibles y funcionales los valores del Reino. Esta es la realidad y el mundo en el que nosotros, Oblatos, vivimos y trabajamos al servicio de la gente.

Como Oblatos, miramos el mundo a través de los ojos del Salvador Crucificado para que aquellos que sufren sean fortalecidos con la esperanza del poder de la resurrección (C. 4); esta fue la perspectiva de nuestro Fundador S. Eugenio de Mazenod y del carisma oblato. Como el Padre Louis LOUGEN, nuestro Superior General, dice sobre el Carisma Oblato: “nos inflama un carisma que es único y especial dentro de la Iglesia, que hace que estemos muy cerca de los pobres, los rechazados, los olvidados, la gente que es ignorada por la sociedad, y la gente que no se siente aceptada en la iglesia… mostramos al mundo un rostro de Jesús muy humano, un rostro lleno de compasión y solidaridad.” De esta forma, muchos Oblatos por todo el mundo trabajan con, entre y para los pobres y desempeñan por tanto este ministerio aun cuando no utilicen esta terminología de JPIC.

Así, como Misioneros Oblatos de María Inmaculada junto a nuestros asociados, nos esforzamos por integrar en nuestro ministerio este aspecto vital de la “presencia liberadora de Jesucristo y del mundo nuevo que nace de su resurrección” (C. 9). Hacemos esto gracias a nuestras prioridades de la JPIC OMI como Congregación.

Estas cuatro Prioridades fueron desarrolladas en 2009 y revisadas posteriormente en 2012 siguiendo un proceso de consulta y discernimiento por parte del Gobierno Central y del Servicio General JPIC OMI. Este proceso tomaba en consideración el mandato del Capítulo de 2010 de “desarrollar una animación actualizada para la misión y para el discernimiento de nuevas estrategias misioneras y de los principales desafíos misioneros”. Es también muy claro que estas prioridades son ad intra: Dar un testimonio fiel de Jesucristo mediante nuestro Carisma Oblato requiere que pongamos en práctica estas prioridades primero en nuestra propia vida comunitaria; y ad extra: La forma en que organizamos nuestra comunidad es nuestro primer compromiso misionero de dar testimonio y de colaborar en la construcción del Reino de Dios, predicado por Jesús, como la Buena Nueva para toda la Creación, para todos los hombres y mujeres. Estas prioridades son:

DERECHOS HUMANOS

Estamos comprometidos a trabajar especialmente en la promoción de los derechos de todos los pueblos, como individuos y como comunidades, con especial énfasis en los pueblos indígenas y en los inmigrantes. Nos comprometemos para que todas las personas puedan ser respetadas en su derecho a la vida, desde la concepción hasta su final natural, a un acceso básico a las necesidades humanas, además del derecho a disfrutar del libre ejercicio de los derechos cívicos, políticos, sociales, religiosos y culturales, y a vivir en una comunidad sana y saludable.

PAZ Y RECONCILIACIÓN

También nos mostramos atentos para incluir en el currículo de la Formación Oblata Primera y Permanente una preparación específica en el área de la resolución de conflictos y de reconciliación a nivel social, religioso y político, por ejemplo entre grupos étnicos de regiones en las que servimos.

SOSTENIBILIDAD ECOLOGICA Y ECONÓMICA

Estamos comprometidos con una relación integral entre humanidad y naturaleza como dones de Dios, y con la protección del medio ambiente y el compromiso con la ecología.

EDUCACIÓN Y FORMACIÓN

Estamos comprometidos con la promoción de la alfabetización y de la educación como un derecho fundamental a fin de capacitar a las personas en su búsqueda de oportunidades y de una mayor dignidad. Creemos que nuestra preparación y nuestra renovación en esta dimensión de nuestra misión deberían estar incluidos en todos nuestros programas de formación. Esto incluye las diferentes etapas de la formación inicial, formación permanente y programas de preparación para las distintas formas de autoridad y gobierno organizados en los distintos niveles de la Congregación. Actuamos de forma que laicos y oblatos asumamos juntos la responsabilidad de nuestra misión. La doctrina social católica y la formación en JPIC tienen que ser una parte integral de nuestros programas de formación para oblatos y laicado.

Como dice el Papa Francisco: “el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta, en particular a los excluidos. Ellos son la mayor parte del planeta. Hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente como un mero daño colateral.” Y observa que un “un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 48-49)

Por tanto, en este Año de la Misericordia y del 200 aniversario Oblato, renovémonos y tomemos nuevas resoluciones en nuestro compromiso con la misión y con el ministerio de la JPIC. Esta es la llamada y la invitación del próximo Capítulo General, “Evangelizare pauperibus misit me”. Que María Inmaculada nos fortalezca e inspire, ella que es mujer de justicia, ella que cantó el nuevo mundo que trae el Reino de Dios en el que los pobres son colmados de bienes y encuentran la libertad de hijos e hijas de Dios.

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