The Missionary Oblates of Mary Immaculate serve poor and abandoned people in the United States and 70 countries around the world.

Zambia: La Delegación celebra el bicentenario

Publicado Originalmente en OMIWORLD.ORG

Haga clic aquí para leer en ingles

Nuestro viaje para celebrar los 200 años de existencia ha sido sin duda un éxito gracias a una serie de encuentros del comité para planificar el acontecimiento. Sin lugar a dudas, el Señor nos ha colmado con su gracia. El aniversario no ha sido sólo un acontecimiento histórico que necesitaba ser recordado, ha sido la historia de cómo Dios preparó a Eugenio de Mazenod y le hizo su instrumento para crear a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada cuyo número es ahora de casi 4000 en todo el mundo.

569-zambia-2

La Misa del aniversario tuvo lugar en la Parroquia María Inmaculada presidida por Mons. Julio Murat, Nuncio Apostólico de Zambia y Malawi. La homilía corrió a cargo del Superior General, el P. Louis LOUGEN. En su homilía señaló que la celebración del 200 aniversario ha sido una obra de la Gracia Divina. Dijo que los Oblatos necesitamos estar unidos y apoyarnos mutuamente para poder continuar nuestra misión de servir a los pobres. “Juntos estudiaremos las palabras de Dios y nos ayudaremos a ser santos. Al mantenernos unidos, podremos llegar a los pobres, como por ejemplo a los prisioneros”.569-zambia-3

Dijo que celebrar el 200 aniversario durante el Jubileo del Año de la Misericordia ha sido una gran cosa porque S. Eugenio de Mazenod descubrió la misericordia al pie de la Cruz de Jesús, se hizo un apasionado de Él, de la Iglesia, y de los pobres. “Cuando iba a las prisiones, celebraba la misa, se compadecía de los prisioneros, y les daba la Sagrada Comunión. Esto no gustaba a muchos en aquella época, porque tenían la imagen de un Dios vengativo, y para que uno pudiera recibir la comunión, necesitaba confesarse varias veces”.

Como Oblatos, damos gracias a Dios por los 200 años de existencia; no buscamos darnos bombo ensalzando cómo hemos servido en misiones difíciles y tantas otras cosas maravillosas que hemos hecho para la Iglesia. Podríamos hablar mucho sobre esto, pero queremos más bien dar gracias a Dios. Sigamos hoy ensalzándole por su sorprendente gracia y por Eugenio de Mazenod, el Misionero de la Misericordia. (Por Nella Mukalenge)

<