Peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima
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El 26 de septiembre de 2015 dimos fin a la peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima por la diócesis de Kmayanets-Podilskyi (el obispo auxiliar es el obispo oblato Radoslaw ZMITROWICZ). Para los Oblatos ha sido un evento muy especial. La preparación tomó seis meses: conversaciones con el obispo, acuerdos con la Asociación “Luci Sull’Est”, preparar los planes para la peregrinación, elaborar los libros de oraciones, carteles y distintos materiales en ucraniano. El programa comenzó el 1 de mayo en el Santuario de la Madre de Dios de Letychiv.
Durante cinco ininterrumpidos meses, la Virgen Peregrina de Fátima visitó 82 parroquias que cuentan con presencia permanente de sacerdote (con 3 días de retiro en cada parroquia) y 71 parroquias filiales, lo cual quiere decir 153 parroquias en total que abarcan 6.655 km. Nuestra vieja camioneta (todo lo que tenemos) se averió 8 veces. Sin embargo, siempre hubo gente dispuesta a ayudar y, así, pudimos llegar siempre a tiempo. Gracias a la ayuda de la Asociación “Luci Sull’Est” y sus benefactores, durante la peregrinación fueron distribuidos 14.000 rosarios, así como 12.000 libros en ucraniano y ruso sobre San Eugenio de Mazenod, 11.000 figuras de la Virgen y 9.000 Medallas milagrosas.
Pero estas cifras no son lo más importante. Lo más importante fueron los testimonios de conversión de muchas personas y la oración en común en favor de la paz en Ucrania, para la cual, nosotros, Oblatos, hemos hecho una considerable contribución. (P. Pavlo VYSHKOVSYI, Superior de la Delegación).
He aquí los extractos de algunos testimonios de oblatos que participaron en la peregrinación.
Fr. Sergiej PANCZENKO: Este tiempo fue una ocasión para reafirmarme en la actualidad de las revelaciones de Fátima. Especialmente para nuestra tierra, donde aún se da el espíritu post-soviético y donde en muchas de las ciudades y poblaciones aún hay calles a Lenin. Cada día, compartiendo el mensaje de María con la gente, me hacía más consciente de ello y lo vivía más. Entonces uno puede percibir mejor cuán hondo lo vive la gente en sus corazones, cómo comienzan a vivir los Primeros Sábados de mes, cómo se aferran a sus rosarios. Durante esta peregrinación vi en la gente una gran devoción a la Madre de Dios. Nuestro pueblo ama a María. La peregrinación fue un tiempo también en que mucha gente acudió a la confesión; quizá esto me conmovió más que nada.
Fr. Andrzej MACKÓW: En julio muchas veces vinieron dos mujeres a rezar, una mayor y otra más joven, siempre con un ramo de rosas. Eran una madre y su hija, pertenecientes a la confesión ortodoxa. En mayo habían visitado una de las parroquias y rezado por la salud de la hija. No sólo la hija sanó, sino que recibieron muchos otros favores de la Madre de Dios, para ellas y para sus familiares. Agradecidas por las gracias recibidas, madre e hija siguieron a la Madre de Dios siempre que podían. En algunas parroquias participaban los sacerdotes ortodoxos, no sé si del Patriarcado de Kiev o del de Moscú. Venían con sus fieles. En una de las parroquias vino un sacerdote ortodoxo acompañado de su mujer y sus hijos: participaron en la vigilia de las familias y en familia acudieron a la bendición.